martes, 26 de mayo de 2009

Incomprensión



15:45.
- Llego harta, cansada del trabajo, pensado que cualquier día cojo del cuello al gilipollas del jefe. Tiro las bragas sudadas por ahí, en el sofá, y me saco una cerveza del frigorífico dispuesta a disfrutar del programa de Ana Rosa con las piernas por alto.


15:51.
- La mesilla del sofá está llena de latas de días anteriores, a ver si ordeno. Me he puesto la lata de cerveza entre las tetas. Ya he comprobado que así se mantiene erguida y no se derrama. Más arriba en el canalillo he puesto la bolsa de panchitos y los nachos al queso. Debería cocinar alguna vez, pero tengo siempre tan pocas ganas.


16:40.
- Me ha vuelto a pasar: me he quedado dormida en el sofá y todos los nachos se me han desparramado por el pelo y la tapicería. Limpiaré más tarde, que llego tarde a la cita. Me debería lavar el pelo de nachos.


17:12.
- No me ha dado tiempo a lavarme el pelo, pero si llegó tarde Emilio se va a creer que no soy femenina. Me he puesto un pañuelo de estilo palestino por la cabeza, que disimula las migas.


17:30.
- Emilio está de bueno que me lo follaba aquí mismo. Menudo culo, y vaya pecho. Es buen chico y un poquillo conformista, y sus perspectivas laborales no prometen mucho, pero me excita igualmente. Me lo tiraba a él y a sus tres hermanos. Hablamos poco. La verdad es que no me gusta atosigarlo con cosas que sé que no le interesan mucho, así que me esfuerzo por llevar la conversación a un tema común: la
literatura.

"Así que estás escribiendo un diario en modo twitter con vistas a su publicación"
-me dice.


"Sí
-le contesto- en mi opinión, la auténtica visión femenina, sus deseos, sus impulsos más inmediatos, está insuficientemente representada en la literatura contemporánea. Muchos autores nos venden personajes femeninos que son, simplemente, hombres con ovarios, y eso se nota mucho"

No hay comentarios:

Publicar un comentario